PENSAMIENTO |
SITUACIÓN |
PENSAMIENTO MÁS CONSTRUCTIVO |
Debo agradar a todas las personas para que me acepten |
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Todos se burlan de mi |
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Los demás son más listos que yo |
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Nadie me quiere |
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No soy buena en matemáticas |
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Soy feo |
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Para caerles bien a los demás tengo que hacer lo que pidan aunque yo
no esté de acuerdo |
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Así soy y no puedo cambiar |
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Estoy gorda |
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Voy a reprobar |
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No soy bueno en los deportes |
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No le caigo bien a los demás |
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No me gusta mi cuerpo |
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- Nervios.......
- Angustia.........
El alumno dará lectura al siguiente texto:
La calma es la tranquilidad de ánimo, la fortaleza emocional del sujeto que no se deja afectar de un modo negativo por las circunstancias externas. Tener la capacidad de mantener la tranquilidad en momentos de dificultad, mantener la serenidad para poder pensar con tranquilidad, es una excelente habilidad emocional.
Hábitos positivos para mantener la calma en el día a día pueden ser:
- Caminar con más frecuencia: pasear y disfrutar de un paisaje bonito producen una beneficiosa relajación emocional.
- Detenernos: nos perdemos de mucho por ir con tanta prisa, a veces nos perdemos en nosotros mismos.
- Establecer un orden de prioridades en la agenda: es importante no abarcar más de lo que uno puede hacerse cargo.
- Escuchar música relajante o la preferencia de nuestro gustos y momentos.
- Cultivar las aficiones: Bicicleta, club de lectura, teatro, bailes, paddle, caballos, mascotas, plantas… Lo que quieras, sientas y desees hacer!
- Reforzar los momentos de ocio que son fantásticos para compartir planes con amigos, familia…
- Bienestar
- Tranquilidad
- Ganas de llorar
- Querer estar solo
- Disminuye nuestro nivel funcional. Cuando nos sentimos tristes necesitamos aislarnos del entorno para poder permitirnos reflexionar sobre nuestra circunstancia o comportamiento. Moderar nuestro nivel de activación nos permite adoptar un estado más pausado para poder examinarnos a fondo y centrar la atención en uno mismo.
- Facilita la introspección. Nos permite hacer un análisis de la situación y sacar alguna conclusión constructiva. Ser reflexivo nos brinda la oportunidad de restaurarnos y pensar qué está sucediendo.
- Fomenta el apoyo social. La tristeza podemos mostrarla mediante nuestro lenguaje verbal, expresando lo que sentimos; cómo con nuestro lenguaje no verbal, través del llanto o mostrando agonía en el rostro. Esto hace que los demás quieran acercarse para cuidarnos, reforzando así los vínculos sociales.
Como conclusión, diremos que la tristeza es una de las emociones que tiene una fuerte función protectora para nosotros mismos y de unión con el otro. Nos permite tomarnos un tiempo para nosotros, volver a coger fuerzas y conservar nuestra energía para reintegrarnos y superar la pérdida.
- Gritos
- Enojo
Cierto es que el enfado, el enojo y la rabia son sinónimos de una misma sensación. Se trata de una emoción básica, y aunque, a veces, se presente con un malestar añadido no se trata de una emoción negativa, sino una emoción que llega para alertarnos de una injusticia y nos facilita poner límites a los otros.
Sentirse enfadado/a es algo universal, incluso a nivel verbal la expresión de enfado es la misma en España que en la India. Por eso, si la sabemos utilizar de una forma beneficiosa nos generará un impulso para decir basta y poner límites. La rabia es positiva en la medida que podemos como impulso y no como freno, eso sí, en su justa medida.
Si sabemos cómo canalizarlo gozaremos de una buena capacidad de resiliencia, a la hora de adaptarnos a diferentes situaciones y sabremos poner freno antes de que el vaso se llene demasiado.
“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.”- Aristóteles-
¿Qué se esconde detrás de la emoción del enfado?
Quizá conozcas a una persona que se pasa el día quejándose, eleva el tono de voz por cualquier cosa, se enfada por cualquier motivo y que suele ser molesta, por eso tu intentas estar un poco alejado de los gruñones que te absorben la energía.
Has de tener en cuenta que muchas veces, detrás de la ira se esconde una tristeza profunda que no se ha podido expresar. Por muy de mal humor que veas a esa persona ten presente que normalmente hay una ovejita en piel de lobo.
Si en cambio, eres tú quien tiene problemas para gestionar tu enfado, será importante revisar qué te genera esa frustración y si puede haber otra emoción que estés queriendo comunicar.
Además, socialmente parece que está mejor aceptado, el hecho de que cuando nos sentimos mal nos enfademos con el otro y mostremos nuestra ira. Por el contrario, si expresamos la tristeza, quizá llorando o buscando dialogar en calma en seguida nos pueden decir:- ¡no llores!¡no pasa nada!
¿Cómo te puede afectar en tu día a día el enfado permanente?
Si vives en este estado de enfado no es fácil vivir en paz porque puedes obviar todo lo bueno que te está pasando y sólo centrarte en que no te parece bien. Por ejemplo, tener que hacer cola en un supermercado para comprar una barra de pan, que el vecino use el taladro cuando estás viendo una película, que quieras preparar pasta para comer y no la hayas comprado…
Si esto te pasa, es posible que tengas una dificultad para aceptar los cambios, baja tolerancia a la frustración y te cueste gestionar sus emociones adecuadamente.
Pero tampoco es fácil para las personas que viven alrededor, porque eso puede generar tensión en el ambiente, puede generar sentimientos de culpa, puede generar evitación…
¿Cómo puedes manejar tu propio enfado sin que te desborde?
- Relativiza la ira que sientes, cuando sientas que tu enfado empieza a subir como la espuma, respira y piensa ¿qué es lo peor que puede pasar? Si es por el ruido que hace el vecino, piensa que en algún momento tiene que hacerlo y que no será eternamente.
- Expresa lo que sientes de forma asertiva, tienes que hacer saber al otro aquello que te molesta o te hace sentir mal para que no lo haga. Por ejemplo, si te duele la cabeza y tu hija no lo sabe va a poner la música alta como de costumbre, si se lo haces saber, lo tendrá en cuenta.
- No evites sentirte así, si te sientes enfadado tienes que dejar salir a esa emoción pero debes encontrar un modo de canalizar la rabia. Hay personas que la sacan con actividad, practicando boxeo. Hay otras personas que sacan su enfado de un modo más reflexivo, intentando cambiar su estado entendiéndolo a través de un paseo.
¿Cómo puedes hacer para lidiar con el enfado de los demás?
- Intenta entender a la persona, como hemos comentado detrás de esta ira se esconde una tristeza por un sentimiento de incapacidad a aceptar cambios, personas, diferencias…Por tanto, la empatía y que te pongas en el lugar del otro va a ser fundamental para rebajar tensión.
- Dile cómo te hace sentir, y que se haga responsable de su modo de tratar al resto. Párale los pies si no te está tratando como te mereces, y buscad un momento más tranquilo para hablar.
- Trata a la persona con amor: Por muy enfadada que esté la persona, tratala con cariño. No te dejes arrastrar por frustración y a pesar de que la otra persona te proyecte ira, tú devuélvele amor y firmeza.
Por tanto, si detrás de tu ira se esconde la tristeza que encuentra la manera de expresarse mediante una queja constante, pon consciencia y atención y verás que poco a poco este enfado empieza a disminuir. Si gestionamos bien nuestras emociones éstas se transforman en energía que nos ayuda a vivir con tranquilidad y serenidad.
Todos hemos recibido algún elogio por parte de alguna persona a la que valoramos, amamos o apreciamos. Es decir, de una persona cuyo juicio nos importa, ¿verdad? Pues bien, ponte delante del espejo, cierra los ojos e intenta recordar uno de esos momentos.
Trata de recordar cada pequeño detalle: dónde estabas, de qué color ibas vestido y las sensaciones físicas que experimentaste al recibir ese cumplido. Intenta revivir la situación identificándote totalmente. Cuando lo hayas conseguido, intenta darle un color a esas emociones o sentimiento de alegría y llena tu mente de ese color.
2.- Dirígete al espejo y mírate directamente a los ojos. Olvida cualquier juicio que se te pase por la cabeza y repítete la siguiente afirmación: "me amo a mí mism@ tal como soy" acompaña esta afirmación con otras que muestren el amor, el respeto o el agradecimiento que te tienes. ¡Todo es válido! Mientras dices las frases observa el brillo de tus ojos, tu sonrisa, etc.
3.- Anota en el cuaderno como te sentiste después de realizar este ejercicio.
Anota en el cuaderno como te sentiste al realizar los ejercicios.
https://meet.google.com/roj-eruf-fmi
Estrategias para expresar y gestionar nuestras emociones
Una de las claves para gestionar de forma eficaz las emociones, es que en vez de negarlas y reprimirlas permitamos que fluyan, esto no quiere decir que si estás enfadado con tu amigo, le hagas daño, ni transgredas sus limites. Fluir quiere decir, que atiendas a esa emoción, que le hagas caso, porque seguramente te está dando un mensaje. Ser consciente de nuestras emociones, ponerles nombre y atenderlas adecuadamente,
Sería una buena fórmula para empezar:
- Reconocer la sensación corporal que tenemos en el cuerpo
- Dejarnos sentir esa sensación (por ejemplo, un nudo en la garganta).
- Una vez identificamos la sensación, buscar qué emoción hay detrás de la sensación.
- Si sabemos el nombre de la emoción perfecto, nos la permitimos sentir, sin juzgarla ni censurarla.
- Si no sabemos el nombre de la emoción tampoco pasa nada, nos permitimos sentir, la emoción igual..
- Vemos que por muy incómoda que sea la podemos gestionar.
- Importante no engancharnos en la emoción y dejar que pase para que no se nos cargue en nuestra mochila emocional.
Nuestro cuerpo a través de la sensación nos va dando pistas de qué emoción traemos, pero para cada persona una sensación puede estar relacionada con una emoción diferente. Poder prestar atención a nuestras emociones, en el momento, nos ayuda a comprendernos mejor, a ponerles nombre y también a poder regularlas posteriormente. O más bien, dejar que fluyan, para que se autorregulen.
Como hemos visto las consecuencias de reprimir las emociones para tu vida no solo no ayudan sino empeoran la situación. Cuanto más reprimas lo que sientes, más difícil va a ser también relacionarte con los demás. Así que te recomendamos que no esperes un minuto más y te pongas en marcha para empezar a relacionarte con tus emociones desde otro lugar más sano para ti.
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